Hay martes en los que me levanto con bloqueo de escritor, ¿por qué? no tengo la más mínima idea, pero me pasa muy a menudo, y es en el transcurso de los minutos que voy dándole sentido a ese bloqueo. Le pregunto a mis conocidos, si se les ocurre un tema y por allí voy descifrando lo que me vaya resonando.
Hoy tengo ganas de inspirarme en este bloqueo para poder volverlo constructivo y sacarle provecho, ya verán porque.
Trabajar con el arte, me ha permitido acceder (desde lo personal, desde mi personal) a una gran cantidad de contenido que en la cotidianidad me es ajeno. Me explico, con el arte tenemos la posibilidad de fluir, de expresar, de poner nuestro cotidiano senti-pensar en una pieza (ya sea un baile, un dibujo, una escultura, una fotografía, etc.). Cuando depositamos y dejamos todo lo que nos atraviesa en el proceso "creativo" es cuando logramos superar el bloqueo, des-ahogarnos, tranquilizarnos o como se dice en psicología, hacer una catarsis.
Verán, en mi experiencia como psicóloga he tenido la posibilidad de observar
como muchas veces las personas (y me incluyo) no cuentan con la facilidad de expresarse verbalmente. Estamos inmersos en una cultura que nos "limita" y a la cual no le sirve que tengamos "una mente propia". Y todos se preguntarán, pero yo tengo mi propia mente, yo pienso por mí mismo. Sin embargo, no es del todo cierto. Cuando somos pequeños aprendemos desde muy temprana edad qué es lo que se debe decir, cuándo y cómo, todo esto con el fin de "ser buenos niños", para recibir la mayor recompensa que podremos llegar a obtener de ahí en adelante para el resto de nuestra vida: "la atención positiva de los demás".
Desde este punto comprendemos que expresar "nuestra verdad" nos puede costar, afectos, amistades e incluso hasta nuestra "re-puta-ción", y es cuando el silencio y la soledad comienzan a ser nuestros mejores amigos aunque muchas veces no sean los mejores consejeros.
Los bloqueos creativos parten del miedo a expresar aquello que atraviesa toda mi existencia en un determinado momento, pues saber si será o no aceptado o bien recibido por parte de un otro, es lo que nos limita en el proceso mismo de la expresión.
Cualquier persona puede tener un bloqueo creativo, no necesariamente se presenta en los "artistas". No es algo exclusivo, porque TODOS SOMOS ARTISTAS.Todos creamos y vivimos dentro del arte, sólo que no nos reconocemos como creadores o artesanos de nuestra cotidianidad. Cuando estás cocinando, eres un artista de la cocina, buscas mezclar especias, olores, sabores y colores, algo tan sencillo y "natural" es una pieza de arte, así que date el crédito por ello y asúmelo como tal.
Ahora, ¿cómo superar esos bloqueos?
Creo que es a manera de espejo lo que voy a responder. Pues:
date la oportunidad de conectar con la emoción que tienes en ese instante.
Qué crees que genera el bloqueo, es decir,
crees que es miedo al rechazo, a exponerte, a mostrarte vulnerable o ignorante de algún tema.
Si es alguna de las anteriores, sería importante y fundamental comenzar a revisar en qué momento cuando eras niñ@ o adolescente te sentiste limitado, coartado u oprimido para poder expresar un senti-pensar.Si bien, el pasado es muchas veces una fuente de inspiración, también es una herramienta mágica para aprender a resignificar.
Lo importante es que no te quedes sumergido mucho tiempo ahí, pues puedes ahogarte y no saber cómo salir.
En este sentido, cada vez que sientas que estás bloqueado (ya sea creativamente, o que no sabes qué decisión tomar o qué elegir) sólo respira y déjalo fluir. Suena simple ¿cierto? Pero no, no lo es, porque tenemos la necesidad imperiosa de la inmediatez y de ser "eficientes", pero recuerda algo, no es una carrera, no es una competencia, entre más sostengas la "angustia" por no poder elegir o "crear" algo, más va a persistir esa sensación incómoda que se transformará en bloqueo. Sal a caminar, deja lo que estás haciendo, toma agua, ve al baño, respira durante un minuto, cierra los ojos y agradece, porque después de estar "cerrado" vas a abrirte y a florecer mucho más que si estuvieras en una primavera. Date el espacio de conectarte con ese vacío emocional y darle sentido, porque lo puedes llegar a transformar en un potencial inagotable de arte y creatividad. Les cuento, que tras escribir estas palabras, mi bloqueo se fue, desapareció, y me siento con ganas de escribir, pintar, bailar, cantar, tocar guitarra y hasta componer una canción, que hace tanto tiempo no lo hago. Así que disfruta estos momentos, son los más mágicos para aprender a volar! Ten siempre presente que es tu vida y es tu camino!!! Jallalla jallalla
Esta mañana mientras me lavaba los dientes (me doy cuenta que los mayores momentos de conexión e inspiración son en el baño...¿les ha pasado a ustedes?), pensaba en el tema para escribir el día de hoy y uno de los cuáles a los que siempre me he sentido renuente, es este...hablar del PERDÓN.
No se porque me he sentido ajena, y porque cuando veo videos o charlas relacionados con el tema me generan una mirada de desprecio o de "ah!...nuevamente lo mismo", y creo que precisamente es ello, lo que me hace escribir del tema hoy. A la sombra, se le mira de frente y sin miedo!
Perdón es una palabra tan grande, a veces podríamos decir que profunda y compleja, y a veces tan leve y fácil, como el sólo hecho de tomar la decisión de hacerlo.
Muchas veces asociamos (esto para mi es un espejo maravilloso) el término perdón con algún concepto de religiosidad, pero la palabra en sí transciende el concepto propiamente dicho. Perdón, son seis letras que son la llave para trascender una experiencia. Son un portal que nos invita a salir del pasado y a conectarnos con el presente.
Cuando atravesamos una situación que ha sido dolorosa, que nos ha marcado, en la que no nos hemos sentido valorados, respetados, o todo lo contrario, en la que consideramos que nuestro accionar no debió ser de esa manera, solemos adoptar una posición cerrada en la misma. La interpretación que le demos estará en función de la emocionalidad que acompañe ese instante. Porque si, una vez que pasa, la experiencia se transforma en un instante, un sólo instante de nuestra vida, no la vida misma.
Nos perdemos en la in-capacidad de mirar lo vivido desde la vereda de enfrente, y permanecemos allí habitando un "eterno pasado" y negándonos la posibilidad de construir un futuro, porque nos perdemos de vivir el presente.
En este momento, vari@s pueden pensar, pero ¿cómo hago para salir de allí?. Y la respuesta es sencilla, sólo saliendo. Si yo te digo que tomes el lápiz que tengo en mi mano, ¿qué harías para tomarlo? Claramente, lo observas, estiras tu mano y lo agarras. Pero si te quedas pensando en cómo tomarlo, en si lo tomas ya o luego, en si lo agarras con una mano o con la otra, es decir, si te quedas en el "intento" de agarrarlo, no lo agarrarás nunca. Por eso, la única manera de no hacer algo, es que te quedes en el "intento" de hacerlo.
Perdonar no es un acto de amor. Porque no lo es. Perdonar es un acto de vida o muerte. Y no es que sea trágica o dramática, es sólo que si te pones a observar el mundo, tu país, tu ciudad, tu barrio, tu familia, aquellos que no perdonan se aíslan, se cierran, se apagan en vida, van muriendo lentamente, y dejan de existir en este aquí y en este ahora.
Conozco a muchas personas, que murieron hace mucho tiempo, y se han convertido en zombies. Y es cómico ver cómo se relacionan con el mundo, si no tienen la posibilidad de relacionarse consigo mismos. Viven en un vacío interior muy grande, y en una pesadilla sin fin, pues el sueño del planeta (como dirían los Toltecas) se convirtió en un infierno cuando decidieron cerrar la puerta al perdón.
Perdonar es un acto completamente personal. Y como tal, es respetable el hacerlo o no. El punto, es que a no ser que seas un hermitaño, si perdonas o no termina afectando a todos los seres humanos que te rodean. Vivimos en sociedad y las interacciones que sostenemos con los otros las hacemos a través de nuestro senti-pensar, así que como te trates a ti tratarás a los demás. El nivel de compasión y amor que tengas por ti, se reflejará en el nivel de compasión y amor que tengas por los demás.
Perdonar-te es un acto egoísta porque va directamente relacionado con tu importancia personal (como diría Juan Matus en los libros de Castañeda), ¿eres tan grande, poderoso e inmensamente importante para decidir si una situación o persona "merece" recibir tu aprobación o perdón? Si eso no es ego, no se qué más lo pueda ser.
Por eso, a través de los años, he aprendido que la importancia que le doy a las situaciones o a los seres que pasaron por mi vida, determinan mi cercanía o distancia entre mi Ser y mi Máscara. Entre quien soy yo realmente y el ego que trata de hacerme creer lo que no soy.
Mi encuentro con el perdón se realiza hoy, al reconciliarme con esta palabra tan mágica que me enseña humildad y me anima a soltar todo mi equipaje para ir más ligera y así disfrutar de este viaje.
Eres responsable por tus emociones y tus sentimientos, no por lo que los demás sienten o piensen. En este sentido, es tu responsabilidad ser consciente de a quién le entregas el poder para invalidarte, humillarte y maltratarte. Y esto es aplicable a situaciones (o instantes en la inmensidad de la vida) o personas.
Mírate con otros ojos, mírate de nuevo y las veces que sean necesarias. Mírate al espejo y decide si deseas vivir en el pasado, o prefieres construir tu cielo en la tierra en función de tu presente.Lo que te lastimó ya fue, hace parte de tu pasado, de tu historia, y eres tu quien le otorga el poder (innecesario) de que se vuelva constante y repetitivo.
Deseo de todo corazón, que puedas soltar lo que te ata y no te deja volar, leva anclas y vete por el mar de tus sueños, que los mejores paisajes se observan si no le das la espalda al mar.
Y henos aquí nuevamente, tratando de compartirnos y de llenarnos de inspiración, o más bien de re-conexión, para compartirles algunas palabras que nos inviten a senti-pensarnos en este martes. Desde hace unos días, propiamente desde el sábado por la tarde vengo con una frase atravesada que me invita a re-conocerme y a mirarme profundamente, y es: EL ARTE DE SER INCOMPLETAMENTE PERFECTA. Claro, esto también puede aplicarse a los hombres, y de hecho creo que vale la pena que lo miremos desde nuestro masculino y desde nuestro femenino.
Es fácil ver (más allá de lo que la misma sociedad nos muestra), que dentro nuestro habitan dos fuerzas (que no luchan, sino que se complementan, y que no son polaridades, sino más bien, una extensión de la otra) que nos permiten edificarnos y nos dan un lugar en el mundo. Para mi, la manera más sencilla de exponerlas es decir simplemente, que en mi habitan tanto un hombre como una mujer.
Dentro de este arte de ser incompletamente perfect@, es fundamental señalar, que cada una de nuestras "rarezas", "particularidades" o simplemente "imperfecciones", nos hacen ser magníficamente perfect@s. ¿Por qué lo digo? Porque nunca encontrarás a nadie como tú. Punto, sencillo...vuélvelo a leer si aún no comprendes esa complejidad.
En tu vida, jamás te cruzarás con un ser humano que encaje a la perfección contigo mismo. Y eso es, porque cada uno es un universo perfecto. Tu ideal de la perfección, jamás será alcanzado por nadie, y tú jamás alcanzarás el ideal de perfección de otra persona.
Si comprendemos este párrafo, nos ahorraremos muchos traumas, dolores, bajas en nuestra autoestima, y sobre todo, comprenderemos que la vida es para gozarla y vivirla mejor (como diría la canción de Fabuloso Cadillacs).
Aprender a manejar las expectativas que sostenemos en los vínculos con los demás es posible, pero para ello, debemos primero aprender a manejar las expectativas que sostenemos con nosotros mismos. Y algunos dirán... "pero yo no tengo expectativas conmigo...qué voy a esperar de mi, pues nada", y aunque no lo crean, demandamos continuamente de nosotros comportamientos, sentimientos y hasta pensamientos que no se corresponden con quienes somos y con el momento de vida que atravesamos.
Re-conocer y vivir nuestro proceso a consciencia, nos permite poder vernos tal cual somos en el aquí y en el ahora. Mirar nuestras luces y mirar nuestras sombras, y en función de ello, saber qué esperar sin exigirnos más de lo que podemos o queremos dar. Está bien decir un "no" o decir un "si" cuando lo sintamos, pero para ello, debo comenzar a verme con detenimiento y sin juzgarme. Sin juzgar a ese hombre y a esa mujer que me habitan, sin compararlos con los demás hombres y mujeres que conoces. Amando y abrazando cada vacío, cada pieza del rompecabezas, cada trozo quebrado y descompuesto, porque de esa manera, lograremos dominar lo que consideramos "imperfección" o lo que consideramos "no estar completos", es decir, aprenderemos el arte de ser incompletamente perfectos.
Todo aquello que consideras que te falta, es simplemente una idea irracional. Y si, i-rracional porque desde qué parámetro te ubicas para decir que "te falta algo", ¿eres una cosa o un electrodoméstico para estar in-completo o defectuoso?
Valdría la pena que te repensaras desde ese lugar, ten en cuenta, que si esa referencia sale de ti a partir de lo que escuchaste de otra persona (es decir, la validaste y luego la transformaste en un creencia al re-afirmarla, y agregarla a tu sistema de creencias), pues no es realmente tuya, no te pertenece, la acogiste y la in-corporaste, pero no necesariamente debes seguir sosteniéndola toda la vida. Así como "se nace, se crece y se muere", las creencias o patrones mentales también lo pueden hacer, pero es un trabajo de transformación y conciencia personal, íntimo y en soledad.
Para concluir... aprender el arte de ser incompletamente perfectos, es aprender a convivir con cada uno de esos detallitos que hacen que seas tú, cada una de tus batallas ganadas y perdidas, cada miedo y cada fortaleza, cada tristeza y cada alegría. Cada LUZ y cada SOMBRA.
Recuerda que en el camino encontrarás muchos seres a los que tus imperfecciones les serán maravillosas, y otros a los que no y tratarán de remarcártelas. Pero como siempre, TÚ eliges con quién deseas ir de viaje...ES TU VIDA Y ES TU CAMINO!!!
Esta mañana mientras desayunaba, pensaba en qué podría compartirles el día de hoy, y me di cuenta mientras leía un artículo en facebook, de que lo que leía, lo había escrito alguien (obvio, ¿cierto?, pero son esos momentos en los que dices...wow!!!). Y que así como yo leía, muchos también (eso creo, eso espero, nunca lo se) podrían llegar a leer estas palabras que trato de compartirles cada martes.
La escritura ha estado a lo largo de casi toda mi vida muy presente, desde que aprendí a "escribir bien" (según yo, claro, si es que realmente lo hago). Recuerdo que inicialmente comencé a escribir diarios y nunca los terminaba, lo que más me gustaba, era poder volver a releer lo que dejaba consignado allí. Es por eso que las palabras que escribes (para ti, para otro, en una carta o historia), tienen un poder transformador una vez que vuelves a estar en contacto con ellas después de un tiempo, dado que puedes reconocer tu historia, verte en esas palabras, mirar tus heridas o alegrías y abrazarte con amor observando tu crecimiento y tu evolución.
Y es así como surgió la idea de hablar sobre lo que es la escritura creativa.
No se si algunos de ustedes hayan escuchado ese nombre, pero digamos que es un tecnicismo en sí. La escritura creativa, es simplemente aquella escritura que se sale de los cánones directos de la comunicación en sí, es decir, que vaya más allá del hecho de informar o querer dar a conocer-comunicar algo puntualmente.
Es por esto, que la escritura no formal o académica, abre un panorama inmenso para expresar todo aquello que muchas veces nos atraviesa y demasiado grande para ser comunicado por nuestra voz.
A nivel terapéutico, suelo utilizar la escritura constantemente. Se preguntarán por qué, y la razón es muy sencilla. El ejercicio de la escritura creativa, nos permite ordenarnos y darle "sentido y claridad" a las ideas. Nos brinda el espacio de plasmar en una hoja todas aquellas sensaciones, emociones y pensamientos, sin necesidad de darle una secuencia lógica a lo que estamos escribiendo.Más que para un otro, lo que se escribe es para sí mismo. Para poder "leerse" y verse plasmado en todo su emocional, sin miedos, sin vergüenzas, sin estar pendiente de si es "adecuado o no", de si "quedó bien o mal". Es una comunicación contigo mismo y tu interior, un diálogo con tu esencia, con tus miedos, tus alegrías, tus incertidumbres, tus dolores, tus éxitos y fracasos. Es una ventana y en respiro en silencio y en soledad.
Darse el espacio de escribir y (re)crear (no importa si ello existe o no), es darse el espacio de DAR VIDA, a un sinnúmero de realidades, en el que quieras o no, eres el protagonista. Eres un dios o diosa en ese momento, y en tus manos, reside todo el poder para comenzar un nuevo camino, las veces que sean necesarias.
Eres un libro lleno de hojas en blanco. Y cada página no necesariamente tiene que ser igual a la anterior.
Si tuvieras la posibilidad de iniciar una nueva historia, ¿qué elegirías comenzar a escribir? Recuerda que puedes pasar de la comedia al drama sólo con un conector. Es tu decisión, siempre tuya y sólo tuya.
En mi historia, he escrito las comedias más maravillosas, y los dramas más intensos y profundos que se puedan imaginar. Y en este momento de mi vida, me dedico a escribir mirándome a los ojos, siendo completamente humana, y siendo consciente de que en algunos momentos, escribiré desde mi luz y en otros, desde mi sombra, pero siempre, siendo fiel a mi camino, y creando puertas, ventanas o faros para esos momentos donde me encuentre atravesando la noche oscura del alma.
Y tú...¿qué estás dispuesto a escribir en tu página del día de hoy?
Ten presente, que tu mayor poder es tu imaginación, y de ella depende el cielo en la tierra o el infierno que quieras vivir...ES TU VIDA Y ES TU CAMINO!!!
Karen...porque eres una gran guerrera, esta entrada del Blog, te la dedico con el alma, y con todo mi amor!!!
Palabra de siete letras y espacio entre ellas que sinceramente encierra mucho pero también genera mucha libertad.
Suena contradictorio, cierto? Decir que algo encierra pero también da libertad. Pero así es. Suele pasar que para comprender el concepto de LIBERTAD, también se tiene que comprender el concepto, o mejor dicho, haber vivido el estar ENCERRADO, y no sólo por una situación, sino por los vínculos que sostenemos e incluso por nosotros mismos.
Digamos (y siempre me expongo al escribir, pues es la mejor manera de darme a entender y de que te veas tan human@ como yo intento serlo), que muchas veces en mi vida he actuado sobrepasando los límites, poniendo demasiados e incluso, hasta no poniendo ninguno. Y en cada situación he descubierto la importancia que hay de tener unas buenas bases, y que desde la infancia nos hallan enseñado a reconocerlos, respetarlos y hasta crearlos.
Los límites son fundamentales para el desarrollo de la personalidad. Como psicóloga infantil (que es una de las ramas en las que me desarrollo), trato de hacerle tomar consciencia a los padres de familia sobre lo necesario de que hayan límites claros en casa. En el comportamiento de los niñ@s se nota muy claramente cuando no hay límites claros o hay límites difusos en el hogar.Y lo más natural es hacer hincapié en la conducta del niñ@, sin darse cuenta que es el resultado de la falta de responsabilidad del adulto lo que ha generado que se desencadene este tipo de comportamiento.
Ahora bien, en el caso de los adultos, ya no tenemos excusa para traspasar o no re-conocer los límites. Es claro que si no los aprendimos en la infancia, es un poco más complicado el proceso en la adultez, sin embargo, no es imposible.
Creo que uno de los puntos principales aquí es hacer una pausa (las pausas son maravillosas, detenerse, observarse y quedarse quieto para que todo aparezca en escena y se pueda ver claramente) y comenzar a mirar qué es lo que nos incomoda. La incomodidad es la mejor aliada para re-conocer aquello que no está bien o que sentimos necesita atención de nuestra parte. En esa pausa, comienza a mirar (si puedes detalladamente, con lista: papel y lápiz en mano) cada una de las áreas de tu vida. Siéntete un examinador, un científico y con mucho cuidado revisa qué te genera paz, qué te genera una mal-estar, que te hace vibrar y qué te apaga. Cada uno de estos aspectos señales importantes que no debes obviar, y son la materia prima para ir comprendiendo en qué debes poner un alto y en qué puedes dar carta libre.
Una vez tengas este panorama más claro, podrás tener varias piezas del rompecabezas para comenzar a organizar y ordenar los límites en tu vida. Es imprescindible que seas muy clar@ al respecto. Que lo hagas sin miedo y de manera muy honesta. El amor y comprensión hacia en ti, en ese proceso es fundamental, no te molestes ni te enojes contigo, estás aprendiendo, y puede que falles mucho, pero de cada caída se aprende. Se gentil contigo y tu proceso! No te culpes, no caigas en esa trampa, recuerda que lo que no haces por ti, no lo hace no lo hará nadie!
Aprender a poner límites es también un acto de amor. En los vínculos que sostenemos con los demás, es cuando más vemos la necesidad de tener límites claros. Hay una frase que aprendí hace muuucho tiempo "nadie te puede hacer lo que tu no permites que te hagan", y ese es uno de los límites más claros y precisos que podemos colocar: "nuestra libertad termina, cuando comienza la libertad del otro". Sin embargo, ¿cómo saber que es un límite lo que necesitamos poner? Sencillo, si te hace daño o te hace mal, hay algo que revisar allí, algo que debes aclarar.
Desde que somos pequeños, socioculturalmente se nos ha enseñado que el "otro" es más importante que nosotr@s mism@s, y eso ha hecho que en muchos casos olvidemos nuestras necesidades y nuestros límites, por no herir o lastimar el senti-pensar del otro. Y no es un acto de egoísmo comenzar a dejar claro lo que se permite y lo que no. Al contrario, es un acto de amor y de amor en libertad.
Si no reconoces tus límites, ¿cómo vas a decirle o enseñarle al otro hasta dónde es que puede llegar? Por eso la necesidad de re-conocer qué negociamos y qué no, qué podemos ceder y qué no, hasta dónde podemos llegar y hasta dónde no. Ese acto de amor propio, se extiende hacia el otro, porque también le enseñamos re-conocer y valorar sus límites, y en este sentido, la dinámica entre ambos se torna clara y fluida, se generan relaciones basadas en el respeto, la comprensión y la comunicación. Y eso es uno de los mayores que podemos tener.
Por tanto, ten en cuenta que para poner límites es necesario:
Reconoce que tienes el derecho de vivir y ser tratad@ de la mejor manera posible.
Reconoce qué te genera bien-estar y qué te genera mal-estar.
Reconoce cuáles son tus prioridades y cuáles son las de los otros. No todos debemos cumplir con las expectativas ajenas, es importante serte fiel a ti mism@ en todo momento.
Aprende a sostener tus límites más allá de la incomodidad inicial que te generen.
Se firme pero gentil, como se dice "lo cortés no quita lo valiente".
Ten paciencia, y comienza de nuevo cada vez que sientas que fallaste al poner un límite, es un proceso, tendrás subidas y bajadas, lo importante es continuar, no parar.
Reconoce cuándo has logrado poner el límite, ya sea al otro o a ti mismo, es importante que valides tus progresos y tus avances.
Recuerda siempre, no estás sol@, somos muchos los que aún estamos en este proceso de aprender a ser la mejor versión de nosotr@s mismos. Ánimo...recuerda siempre ES TU VIDA Y ES TU CAMINO!!!
Actualmente, y digo actualmente para tener la posibilidad de centrarme un poco más al escribir, atravesamos demasiados cambios. Cambios en lo que nos es familiar, cambios en los vínculos, en nuestro trabajo y la manera de llevarlo y hasta cambios tan simples como la manera de alimentarnos o de vestirnos.
Los cambios nos mueven, en algunos casos nos desestabilizan y en otros, nos permiten comenzar a re-integrar cada parte que creíamos perdida o que simplemente estaba oculta.
Los cambios generan miedos e inseguridades. Las transformaciones, que son cambios en sí, también lo generan, y es por el simple motivo de saber que las cosas no volverán a ser igual. De que tendremos que movernos de nuestra zona de confort, de que la vida nos invita a salir de nuestro cascarón y comenzar a des-hojarnos como el otoño lo hace cada año.
Hay cambios y transformaciones que parten de la dificultad de poder continuar de la misma manera, y hay otros que brotan, como lo hace una flor, de la mayor belleza que puede haber en nuestro interior. Así como una mariposa primero fue crisálida, así mismo, nosotros nos transformamos y morimos día a día, segundo a segundo, y esa muerte es la que más nos duele, dejar atrás, dejar a un lado lo que fue, lo que pude haber sido y lo que ya no es. Ese es el verdadero dolor del cambio, saber que ya nada volverá a ser igual.
Ahora, cuando nos vemos ante este tipo de transformaciones, ¿qué creen que es lo más común que aparece? Pues la respuesta es simple y evidente: MIEDOS e INSEGURIDADES. Así, cortito y sustancioso. Nos aterramos de tener que enfrentar situaciones que demanden de nosotros nuevos comportamientos o comenzar a trabajar en nuevas maneras de afrontamiento y enfrentamiento. Y si a eso le sumamos el componente de ANSIEDAD, estamos casi ante una bomba a punto de explotar.
Los miedos y las inseguridades nos indican que estamos atravesando situaciones que son poco familiares para nosotros, y demandan de nuestra parte asumir nuevas posturas.Algunos dirían que crecer o madurar, pero yo lo llamaría simplemente GERMINAR, como una semilla, como una planta, y en ese sentido, hablaríamos de darle paso a una transformación de vida que invita a florecer o a convertirnos en la mejor versión de nostr@s mism@s.
Pero, ¿y qué podemos hacer para trabajar estos miedos e inseguridades? Aquí les comparto algunas ideas, recuerden que cada ser es completamente diferente y lo que le puede servir o ayudar a uno, no necesariamente sirva para todos, el punto es buscar y no quedarnos enfrascados en una sola opción, busca, busca una alternativa, que el que busca, encuentra:
Reconoce tus emociones, dales un lugar, y no las evites, recuerda que aquello que más rechazamos, más persiste.
Piensa de dónde vienen tus emociones, es decir, cuál crees que es el origen, dónde y cómo las sentiste por primera vez (este trabajo es de ir hacia adentro y conectar con lo esencial, es un viaje maravilloso hacia tu sombra y hacia lo noche oscura del alma)
Toma contacto con tus pensamientos, examínalos con lupa y no te aferres a ellos, date cuenta que los puedes transformar, tal vez te lleve mucho tiempo o tal vez no, pero si los sueltas y te des-apegas de ellos, podrás darte cuenta si esos miedos o inseguridades tienen fundamente en algo real y si se corresponde seguir sosteniéndolos en tu presente.
No te juzgues ni seas tan cruel contig@ mism@. El miedo o una inseguridad surgió en un momento de vida en el que era necesario que apareciera como un mecanismo de defensa antes una situación, no lo evites, pero tampoco te aferres a él.
Trata de exponerte progresivamente a situaciones que te lleven a enfrentar ese miedo o inseguridad. Ve poco a poco. Pide ayuda si crees que no puedes sol@. Pero sólo lo que desmitificamos pierde valor e importancia.
No te detengas, siempre sigue adelante. la vida es un camino, un largo viaje, lleno de subidas y bajadas, confía en que siempre encontrarás los recursos y los aliados necesarios para llegar al que será tu destino final. Disfruta el proceso, y fluye como sólo tu lo puedes hacer, con tu mirada alta y tu sonrisa al viento!
Y tenlo siempre presente...ES TU VIDA Y ES TU CAMINO!!!
Este tema si que me parece súper interesante para que nos senti-pensemos hoy!!!
Y es que es martes de letras y con estas letras, la idea es comenzar a comprender si las decisiones que tomamos en nuestra vida, realmente son nuestras, y cuál es nuestra capacidad y disposición para enfrentar y afrontar cada desafío. Pues si...cada decisión que tomamos es un desafío, que nos invita a asumir una posición y a obrar en consecuencia con la misma.
Cuando la vida nos lleva por un camino y de repente nos encontramos enfrentados a una "Y" (una bifurcación) y no sabemos si tomar a la izquierda o a la derecha...¿qué hacemos? En mi experiencia, puedo decirles que algunas veces divago, "perdiendo tiempo" o "haciendo tiempo" para no tener que asumir una postura o elegir, en este caso la dirección que considere más oportuna.
En esa indecisión, pendulo entre el pasado conocido y el futuro incierto. Y pocas veces me anclo en el presente. Esta forma de moverme entre lo "seguro" y lo "incierto", no me brinda la posibilidad de poder elegir conscientemente, sino que lo hago desde el miedo, desde la inseguridad, por lo cual, no decido desde mi "yo" desde mi centro, sino que lo hago basada en experiencias que muchas veces ni siquiera son propias, sino que son recuerdos o peor aún, son herencias de familia, amigos o conocidos.
Actualmente, mi camino lo llevo y lo hago paso a paso en el hoy. A qué me refiero con esto. Hace unos días, semanas, vengo pensando en la posibilidad de construir cada experiencia, y así mismo, mi vida (o la tuya), basado en la manera en la que replanteo y re-significo mi historia. Tenemos la posibilidad de anclar nuestras decisiones según la manera en la que actuamos en un pasado, o, por el contrario, tenemos la posibilidad de hacerle frente a una situación con una actitud diferente, con herramientas de afrontamiento y enfrentamiento completamente nuevas y con reacciones que se salgan de lo habitual, que nos permitan explorar más allá de la caja en la que vivimos.
La certeza de que todo va a salir "perfecto" ante alguna decisión que tomemos, es algo para tomar con pinzas. Los resultados que obtenemos pueden variar según nuestro nivel de adaptación (resiliencia, diría yo, y para ello, hay una entrada que habla al respecto, búscala en el blog), y sumado a ello, la perfección del mismo varía según nuestro "ideal" de lo que ello implica.
Es por esto, que me cuestiono constantemente, si eso me da paz y tranquilidad, al fin y al cabo, es mi camino, son mis huellas y mis pasos los que cuentan. No tengo que coincidir con todo el mundo, no tengo que agradarle a los demás, y ellos no tienen que aceptar mis decisiones, porque igual, es mi vida (o la tuya) y la vivo en consecuencia y resonancia al cielo en la tierra que quiera experimentar.
Más allá de "errar o acertar" en el proceso, lo que cuenta y lo que vale, es la disposición que tenga para afrontar cada situación y cada experiencia. Y eso se resume con la palabra ACTITUD. Algo tan sencillo como aceptar con DRAMA o CALMA cada momento determinará el aprendizaje y la calidad del mismo.Es muy diferente cerrarse en pataleta y berrinche cuando algo no sale según nuestro ideal de perfección a re-conocer, cuál ha sido mi papel y mi responsabilidad para crear y manifestar ese resultado. Cuando me hago responsable de mis propias acciones, me empodero y tengo la capacidad de ser el protagonista de mi historia, y así mismo controlar el nivel de resonancia o no de tal evento en mi vida.
En este sentido, les menciono algunas estrategias para afrontar una situación y así poder encaminarnos en la toma de nuestras propias decisiones:
Mantener un control activo en el problema
Intentar no hacer más dramática la situación
Relajarse y analizar la situación desde diferentes perspectivas,
Confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades,
Admitir nuestros límites, ¡somos personas, no robots!
Pedir ayuda a las personas más íntimas, cuando reconocemos que necesitamos un apoyo.
Nuevamente, RECUERDEN... La mejor decisión es la que te hace feliz, la que te da paz, la que al irte a acostar, sólo te hace sonreír al recordar cómo actuaste o lo que decidiste, pues siempre lo único que debes de tener en cuenta es que ES TU VIDA Y ES TU CAMINO.
Y aquí estoy nuevamente, sentada frente a la compu pensando en qué podría escribir para este martes de letras, y veo toda mi habitación, respiro, y como siempre, no se me ocurre nada. Mientras hablo con una amiga sobre temas ejecutivos, le pregunto sobre qué tema se le ocurre para este martes en el BLOG y me dice RITMOS...y algo me re-suena.
Hablar de ritmos, más allá de hacer referencia al área musical, es comprender, que cada persona tiene un momento, un tiempo especial y un proceso individual.
La palabra ritmo hace referencia a la sucesión de elementos de manera particular. Esa secuencialidad hace que la repetición de estos elementos se desarrolle con una continuidad enmarcada dentro del parámetro de la velocidad. Por lo que podríamos decir, que al hablar de ritmo, hablamos de situaciones/elementos que se repiten con un tiempo entre si de manera específica.
En este sentido, cabe la pena mencionar que cada ser humano tiene un patrón personal, un sonido especial y por ende un ritmo que lo acompaña. Esto no quiere decir que sea algo inmutable y que no pueda variar a lo largo de su vida, esto lo que quiere decir, es que ante diferentes circunstancias podemos responder de una manera rápida, lenta, reactiva, pasiva, etc., y esa respuesta durará un tiempo determinado.
A lo largo de nuestra historia podemos ir re-conociendo cómo es la manera en la que solemos vivenciar cada una de nuestras experiencias. Podemos observar el cómo re-acción-amos y también el cómo no lo hacemos, y en función de ello, vamos aprendiendo qué es lo que "detona" una respuesta en nosotros (positiva o negativa, recuerden que estos valores van adjudicados según nuestro sistema de creencias) y así mismo, cómo podemos afrontarla y enfrentarla de la mejor manera posible.
Actualmente, desde mi lugar en el mundo, me encuentro atravesando muchísimas transformaciones, muchísimos procesos que me invitan a replantear mis respuestas a los mismos, y cómo son los ritmos de cada uno. En algunos suelo responder más ágilmente que en otros y eso lo puedo percibir claramente, en otro me paralizo y necesito hacer una pausa, a veces por días, para encontrar una dirección a la cual seguir.
He podido notar como mis ritmos, en la mayoría de los casos son muy tranquilos, y cuando algo se sale de ese estilo "piano" (suave), una revolución completa surge en mi interior. Se mueve absolutamente todo, y esa serenidad se pierde por completo.
Aprender sobre tus ritmos, es aprender a conocerte. Es darte lugar y valorar cada una de tus sensaciones, emociones y pensamientos. Es respetar tu manera de responder frente a las situaciones que vives, y sobre todo, saber si es tiempo de comenzar a aprender nuevas maneras de respuesta. Si es necesario que evalúes y re-definas cómo "vivenciar" cada experiencia, pues es importante tener en cuenta que los seres humanos cambiamos y mutamos con el paso del tiempo, y muchas veces, es pertinente cambiar nuestra estructura, avanzar y evolucionar.
Y así mismo, lo más importante más allá de aprender a conocer tu manera de lidiar con tu senti-pensar, es respetar y aprender a conocer que los demás también tienen su propio ritmo y su manera particular de vivenciar sus procesos.
Así que para ello, son válidos los siguientes puntos para tener en cuenta:
Es importante re-conocer nuestras creencias, nuestros valores morales, nuestra historia, nuestros patrones de comportamiento, ya que todos ellos influyen, ya sea para deteriorar nuestra autoestima o como obstáculo para no poder observar con claridad lo que estamos atravesando.
Obsérvate constantemente, vive pendiente de tus re-acciones y del por qué lo haces. Si hay algún patrón que encuentres o identifiques. Este conocimiento te brinda herramientas para que puedas comprender tus estados ansiosos o volátiles en cuanto a tu estado de ánimo.
Ten en cuenta siempre que es importante aprender a organizarse. Darle un orden de prioridad a las cosas te facilita no abarcar más de lo que puedes manejar en un momento determinado. Y aquí vale la pena señalar uno de los acuerdos de Miguel Ruiz en su libro "Los Cuatro Acuerdos Tolteca": "haz siempre lo mejor que puedas". Con esto se resume todo, pues es tener presente que no siempre vas a responder de la misma manera, que hay todo un universo de circunstancias que interfieren en ello, que eres humano y esa humanidad te hace susceptible a cambios constantemente, y ello no está mal, no te juzgues ni te mal-trates por ello.
Para concluir, es importante aprender a darte el tiempo necesario para convivir, aceptar y entender cada uno de los cambios, transformaciones y procesos que tienes en tu día a día. Sin embargo, más allá de darte tiempo (y eso no significa, como se dice: "dormirse en los laureles"), es comprender que cada situación la vives como una experiencia de aprendizaje y ella permanecerá en tu vida hasta que hayas aprendido lo que necesitas para tu evolución. No te castigues ni te justifiques. Vive intensamente lo que tengas que vivir, y aprende con amor lo que tengas que aprender. Recuerda siempre que es tu vida, y es tu camino.
Les recomiendo esta maravillosa película que nos habla de tiempos y de procesos.
Hoy, me dedico a hablar sobre ese pasado que no soltamos, ese pasado que nos acompaña y que poco a poco se vuelve una identificación de quiénes somos y lo que somos. Hablar sobre el pasado suele ser en algunos casos algo muy sanador, algo que nos brinda paz, que nos ayuda a soltar. Pero, y aquí es cuando se pone aguda la situación, ¿Qué pasa cuando vivimos completamente en ese pasado?, es decir, ¿qué pasa cuando somos ese pasado y nos negamos la posibilidad de vivir en el presente? Es sencillo, creamos un futuro desde las mismas experiencias. Tan fácil como ello, ¿cierto? Ahora, me pregunto, nos pregunto, ¿qué es lo que hace que no soltemos ese pasado, que nos aferremos a él con tal fuerza que no conozcamos otra manera de vivir? Y lo pregunto, porque en muchas ocasiones he vivido esa situación, y últimamente ronda en mi cabeza y por mis sentimientos, situaciones que me son difíciles de soltar o de resignificar. Las personas tenemos la tendencia (aprendida, en el mayor de los casos) de buscar respuestas a preguntas que comienzan siempre con y por qué pasó esto..., por qué lo tuve que vivir..., qué hice para merecer..., y no encontramos respuesta con facilidad, o la que encontramos no nos satisface y por eso seguimos rondando y sosteniendo la situación en una completa insatisfacción, que no suma sino que resta. Vivir de los recuerdos, vivir de las historias, de los dolores, de la situaciones que nos marcaron y dejaron un antes y un después, suele ser muchas veces algo cómodo. Y si...muy cómodo. Pero algunos se preguntarán, ¿qué comodidad puede traer vivir desde la molestia o desde el mal-estar? Pues lo tiene TODO, dado que es un espacio que genera seguridad y que brinda algo conocido. Movernos de esa zona "cómoda" implica comenzar a trabajar sobre los recursos con los que contamos para encontrar la manera de actuar, pensar y sentir diferente. Para re-significar la manera en la que procesamos la información y así mismo la codificamos en nuestro sistema de creencias. Lo que antes era posiblemente una respuesta desde una emocionalidad negativa, pesimista y/o dramática, puede convertirse actualmente en una respuesta más pro-activa y positiva. Entonces, teniendo en cuenta que la única manera de hacer algo es hacerlo, y la única manera de no hacerlo es quedarnos en el intento, hablemos sobre algunas tácticas a tener en cuenta, cuando se nos haga difícil "salir de la caja" o soltar ese pasado del eterno presente.
Lo primero que podemos hacer es identificar lo que nos está pasando, ver qué es lo que nos está ocurriendo, a nivel de las emociones y de los pensamientos que constantemente sostenemos. No está mal sentir enojo, rabia, tristeza o nostalgia, todas estas emociones son positivas porque hacen parte de nosotros, porque son la manera de expresar nuestra humanidad, vulnerabilidad y aquello que nos moviliza. El problema radica en quedarnos mucho tiempo en una emoción y no soltarla. Por eso es importante, que la observes, que la sientas, la mires a los ojos sin miedo y la reconozcas, porque aquello que niegas de ti más va a persistir, aquello que rechazas en ti más va a aparecer en futuras situaciones (y lo decía Jung). Por lo tanto, acepta ese senti-pensar, respétalo y comienza a hablarle. Pregúntale qué quiere decirte, y pídele que te muestre qué es lo que requiere de ti en esa situación puntual. Una vez tengas un poco más de conocimiento puedes comenzar a darle forma a la situación y puedes sentirte más cómod@ y en control, eso te generará una sensación de bien-estar, de empoderamiento y de recuperación de tu fuerza vital. Lo segundo que puedes hacer más allá de re-conocerte en esa situación, y
volverte un ser activo y no pasivo de la misma, es aceptar lo que pasó. No reniegues, no te quejes, por más que duela y no comprendas, YA PASÓ, y sobre ello no podrás hacer nada. Muchas personas y sabios dicen que no tenemos control sobre lo que pasa con los demás y con las situaciones, pero si tenemos control en la forma en como nosotros reaccionamos a ello. Por eso es que te digo que aceptes. Si no aceptas estarás en la eterna "queja" de lo que no pudo ser o de lo que pudo hacer sido, y bajo esas dos premisas seguirás construyendo situaciones que te reflejen lo mismo. Acepta y date el espacio que necesites para mirar tu papel en todo esto, sin culpas propias o ajenas.
Tercero es comenzar a buscar soluciones. Me detengo un poco en este punto. Buscar soluciones no es algo sencillo de encontrar si estamos completamente sumergidos en nuestra emocionalidad, pues el drama de la misma no nos brindará la posibilidad de ver más allá de lo que nuestro senti-pensar nos permita.Buscar soluciones es ver si en tus manos está hacer algo en ese momento frente a lo que acaba de pasar o frente a lo que pasó. Buscar soluciones es ver objetivamente, des-emoción-alizando todo para ser claro y preciso en qué camino quieres tomar, no el que "debas" tomar, sino el que sientes que es más adecuado para ti, recuerda que tu experiencia siempre es personal y por ende el camino también. Y cuarto y último, escribe una lista de todo aquello que no pudiste hacer por lo que sucedió y de todo aquello que quieres hacer y "crees que no puedes" por no salir de ese eterno pasado-presente. ¿Por qué te digo que hagas esa lista? Porque es una manera de ponerte en perspectiva en todo lo que te estás perdiendo por vivir, conocer, amar, latir y accionar en tu vida por tener miedo a cambiar y darte cuenta de que eres tú el único protagonista que escribe y dirige la película de tu vida. Una vez que tengas la lista o las listas hechas, escribe en frente, qué podrías hacer hacer al respecto y qué crees que no puedes hacer al respecto. Esto te ayudará a ver realmente y sin sobredimensionar las cosas, aquello que si está en tus manos y aquello de lo cual necesitarás ayuda, y obvio, aquello que no podrás hacer por principio de realidad, y eso no está mal, pues nos aterriza y nos ancla al momento presente, que es lo único que tenemos y es lo más importante, pues LA VIDA ES AHORA, NO ANTES, NI DESPUÉS. Para finalizar, creo que lo más importante es que no te aísles ni te alejes de aquellos que amas. No estás solo, no eres un hongo en la mitad del bosque, y por más que lo fueses, hay otras plantas, animales y seres vivos que estarán más que dichosos en poder acompañarte en este mágico viaje que se llama vivir. Yo soy una de ellos...si quieres y te lo permites, siempre es tu decisión, es tu vida y es tu camino.