Otra vez aquí, sentada frente a una gran pantalla, con muchas teclas que me invitan a hacer parte de la vida, a darle carne a las palabras, como hace varios años decíamos con mis amigos.
Esta vez, han pasado cinco años desde la última vez que me dediqué a escribir, y siento algo oxidados los dedos cada vez que trato de articular una palabra, para darle sentido a todo lo que quiero expresar.
En cinco años he cambiado de país, me he casado, me he divorciado, he viajado, me he enamorado, me he equivocado muchas veces y he acertado otras....y todo, con la misma piel, con los mismos ojos, la misma boca y las mismas manos. Quién podría decir que la vida transcurre y los momentos van dejando huellas invisibles en tu cuerpo, y si, digo invisibles porque sólo tu conoces el mapa transitado por cada risa, por cada beso, por cada lágrima, por cada palabra que ha dejado un vestigio a lo largo de tu historia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8Bux-8xANe8QHP_4g1rZSso-uDMTyNWuSmzmarevR5RMyKlJJ2WgVddWZ9_kewoo2o4tmYwV8RbiKF1a3N9-tt7CnlJS2WIfmzv8vmi-Fu5A8ewZWovdtNkcrZ6RCJ_qDkXhl3ltQ63s/s200/resilencia.jpg)
Y...la vida continúa, y yo con ella, por eso hoy quiero escribir sobre el concepto de adaptarnos a los cambios, es decir, en pocas palabras el ser RESILIENTE o sencillamente, sobre la RESILIENCIA. No se si alguno de ustedes haya oído esa palabra o la haya leído o conocido previamente. Cuando yo lo hice estaba en la universidad, osea, hace ufff mucho tiempo atrás, y no le di tanta importancia como se la puedo dar ahora, en este preciso momento de mi vida.
Ser resiliente no es solamente adaptarse a los cambios, a ello hay que sumarle el componente o factor más importante, por lo menos para mi, el cual sería "positivamente", es decir, una persona resiliente es aquella que no sólo se adapta a los cambios, sino que lo hace de una manera positiva.
Y vaya que muchas veces no suele ser algo sencillo, dado que incluso, dentro de los miembros de una misma familia, se pueden encontrar personas que frente a un mismo suceso no se "recuperan" o se adaptan con la misma facilidad con la que lo pueden hacer otros, contando con los mismos recursos y los mismos patrones de crianza.
Entonces, vale la pena preguntarse ¿qué es lo que permite que desarrollemos o no, esa habilidad de adaptarnos positivamente a los cambios o a las adversidades?
Frente a ello considero que lo fundamental es tener presente, que si bien, cada ser humano es completamente un universo particular e irrepetible, existen características que se pueden observar en las personas resilientes. Exploremos un poco al respecto. Una de las primera características que se pueden encontrar, es que una persona con esta habilidad es un ser con una autoestima saludable, y con ello hago referencia, a que se acepta a sí mismo, conoce sus defectos y sus cualidades, y fácilmente, ha contado con una red de apoyo desde la infancia que le ha permitido edificarse con bases sólidas de autoconfianza y autovaloración.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVWEMeMG-c2KvX6tmwJNp92y75A-p5VTFdbTiJ6pp6u9cWjfnv6Sn7n0nC5NTtT-3XhV7DsFGyzMtClQAizjkDpdShYlhlLv_KGMEyKmDiYJNoP4h-lfX_K_x9Y7GNbo8McuT9_Qgnfnc/s200/family-resiliencia.jpg)
Segundo, ya lo acabamos de mencionar, la "red" de contención es fundamental. Y muchas veces consideramos que no lo es, sin embargo, parte del ser resiliente, es reconocer que solos no podemos superar todos los obstáculos que se nos lleguen a presentar. Para ello, desde la infancia se ha debido hacer mucho trabajo de educación emocional por parte de los padres o de los adultos a cargo de la crianza, fortaleciendo en estrategias de enfrentamiento y afrontamiento, de tolerancia a la frustración, el reconocimiento de límites y la aceptación de sí mismo.
Creo que un tercer y último punto a mencionar es la capacidad de poder alejarnos del DRAMA, y esto no es algo sencillo. Vivimos en una sociedad donde se nos ha enseñado a vivir "dramatizando" cada aspecto de nuestra vida. Está bien ser conscientes de nuestra emocionalidad y respetar el proceso de cada una de nuestra emociones según los momentos de nuestra vida, pero es importante re-conocer cuando se le debe dar fin o alto a determinada emoción que paraliza o no permite avanzar.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3y3dlE1Ijfox9KDmQO3xAJcuuDNV2eQYTKC4Jg306fl_VuTR1LbxR5kw3td2r3ccDxuIGAbvp-b7s242lMaecR_U1t_7XIUIN9MG_p3aElm-m-jcxsR0YQmDeDK-_a0x6trGgl4zE20/s200/9008230714e2c0e9364cfee3ae962849.jpg)
A las mujeres se nos ha enseñado a "vivir con intensidad" (que muchas veces se traduce en "hacer drama") nuestras emociones, sobre todo aquellas relacionadas con la tristeza o el dolor, la angustia o la ansiedad (dado que en la mayor parte de los casos suelen encubrir ira, enojo o rabia, emociones que no nos son permitidas vivir, porque no son "muy femeninas"), y en el caso de los hombres sería viceversa con relación a lo ya mencionado.
En este sentido, para retomar, ser resiliente es contar con la capacidad de adaptarnos positivamente a los cambios o situaciones conflictuantes en nuestra vida. Y esto lo logramos a través de un desarrollo emocional sano, el cual comienza en la infancia con una familia que soporta, apoya y educa emocionalmente para la paz individual y colectivamente, y con bases sólidas de límites y una autoestima saludable.
No podía terminar la entrada de esta semana, sin ponerle música al corazón, "Si a veces te preocupa lo que pasará mañana...piensa sólo en el presente porque ya el mañana no tiene importancia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario