Y bueno, no se porque se me dio por escribir al respecto, pero creo que es algo con lo que nos topamos muy a menudo sin darnos cuenta. Ya he mencionado anteriormente que todos somos UNO, es decir, me explico y re-explico, somos mente, cuerpo, espíritu, somos todo eso y más, somos una red que se inter-conecta con todo lo pensable (y al decir pensable, hago referencia a todo lo que pueda llegar a abarcar nuestra imaginación y más). Somos un micro-sistema caminante dentro de un macro-sistema que está unido y resuena continuamente entre sí.
Comúnmente creemos que agredir al otro (entiéndase persona o ser que habite el planeta Tierra), es algo totalmente ajeno a nosotros mismos, que hacer daño implica actuar sobre un ente externo a nosotros, que no nos toca la acción que realicemos o, más aún, que no habrá ninguna repercusión sobre nosotros; sin embargo, es todo lo contrario. El hecho de pensar, actuar o sentir agresivamente hacia un otro es un acto bio-lento hacia nosotros mismos. BIO porque hace parte de la naturaleza del ecosistema en el que nos transformamos continuamente y LENTO porque el tiempo en el que retorna el efecto de la agresión, suele ser un período considerable para que el impacto sea acorde con la misma.
Últimamente, he notado la capacidad destructiva que tenemos para con nosotros y todo lo que nos rodea. Es un apego hacia el dolor que impide ver la luz al final del túnel, que apabulla cualquier intento de libertad del SER. En mi experiencia reconozco que como el refrán "a veces es mejor malo conocido que bueno por conocer", pero hasta qué punto es esto cierto. O, hasta que punto nuestro sistema de creencias nos ha hecho creer como propio esta "verdad".
Este daño que nos ocasionamos consciente o inconscientemente también lo vemos reflejado en el hermoso hogar que tenemos. Me vuelvo a explicar, como mencioné anteriormente somos tanto un micro-sistema como un macro-sistema, y así mismo, en esa interconexión, como efecto dominó todo lo que nos pase a nosotros como individuos también le pasa a ella, a esa madre que nos contiene y nos sostiene, que nos a-barca (como un refugio maravilloso), a esa pacha mama que que brinda sus frutos de manera incondicional como una madre a su hijo.
Por eso cuando se habla de que la humanidad está enferma (de odios, de rencores, de envidias...etc.), también se habla de que la tierra está enferma y sus síntomas son escalofríos (cambios climáticos), temblores (sismos de tierra o marítimos), resequedad en su piel (la tala de bosques y la erosión de la tierra), etc., son situaciones tangibles y experienciables, que nos permiten ser testigos del proceso de auto-destrucción en el que nos encontramos actualmente.
Sin embargo, no todo es tan negativo, si hay luz al final de túnel, si se puede ver, si se puede sentir su calorcito mientras transitamos esta noche oscura que cubre a la humanidad.
Desde hace un tiempo, un grupo de gente alrededor del mundo se ha venido reuniendo y ha venido "despertando" de esa noche oscura. Con fe, con esperanza y sobretodo con mucho AMOR, han comenzado a transformarse a sí mismos y por ende, como efecto dominó, han comenzado a transformar sus entornos más cercanos en semilleros de luz y paz. Han reconocido que su micro-sistema hace parte de ese macro-sistema que somos todos. Que la agresión es sólo una respuesta de temor ante la presencia de una amenaza, del sentirse amenazados, y se han dado cuenta que "lo que te haga a ti, me lo hago a mi", y en resonancia a ello se ha generado un culto a la no bio-lencia, donde el respeto y la tolerancia son el pilar fundamental del mismo, donde la diferencia con el otro, es lo que más me une y me hace igual a él. Han perdido el miedo al cambio, a lo extraño y se han hecho responsables de los efectos de sus acciones sobre el planeta y sobre sí mismos.
Es por esto que mi invitación en el día de hoy es el de perder el miedo a lo diferente, es el de aprender a bajar la guardia, reconocer que lo que nos cuesta aceptar en el otro, es simplemente un reflejo de algún aspecto que nos cuesta aceptar en nosotros mismos. No somos tan diferentes o tan distantes de aquél que nos hiere, que nos miente, que nos agrede, somos similares, somos el mismo ser asustado que actúa ante la más mínima amenaza de lo que el considera que es su espacio, su momento o su lugar. Hagamos un culto de la no bio-lencia para comenzar a sanarnos, y así sanar a nuestra madre. Pensemos, sintamos y vivamos con amor (no digo que siempre será sencillo, pero si no comenzamos ahora, entonces cuándo???), desintoxiquemos nuestro cuerpo TERRENAL de todo aquello que no nos permite SER y SEAMOS en función de la única misión con la que vinimos a encarnar en este mundo, la de SER FELICES!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario